No siga cargando la culpa

La culpa, como toda emoción tiene una función adaptativa, sirve para ayudarnos a reconocer los errores y a poner en marcha las acciones para resarcir algún daño causado, además, sirve como como una señal de alerta para no traspasar la línea de lo permitido. Pero la culpabilidad es diferente, surge cuando hacemos una valoración subjetiva acerca de una acción u omisión nuestra.

Lo curioso de la culpabilidad es que el juez es uno mismo, o sea, nos convertimos en nuestro propio verdugo y nos auto imponemos fuertes sentencias que las llevamos a cuestas sin percatarnos del daño que nos hacemos.

Hay quienes han crecido escuchando mensajes cargados de culpa, algo así como: “ves lo que haces, ahora tengo ver como hago para...” “todo lo malo que pasa aquí es tu culpa” “Cuando yo falte ahí si van a llorar”, etc. Además de eso, muchas veces en los ambientes religiosos, se refuerza la culpabilidad con mensajes “bien intencionados” pero que agregan un peso adicional de culpa al que ya algunos cargan.

Esos mensajes se instalan en el sistema de creencias y al crecer, la persona asume de forma inconsciente la responsabilidad de lo malo sucede en su entorno. Es como si tuviera una factura pendiente con algo o con alguien que vive chantajeándole de una manera sutil, y trata de compensar emocional o materialmente a esa persona para mitigar ese sentimiento tan dañino.

También se puede instalar la culpabilidad en medio de alguna circunstancia particular, por ejemplo, haber causado un accidente que lesionó físicamente a alguien, aun cuando la persona haya hecho todo lo posible por tratar de reparar el daño, “el juez interno dictó sentencia, y se auto impone el castigo”.

La culpabilidad lesiona el autoconcepto, para sí mismo él es una mala persona, tiende a convertirse en alguien complaciente, trata de quedarle bien a todos, teme mucho cometer errores y es una persona insegura.

Algunos consejos para liberarse de la culpabilidad

1- Identifique aquello que le genera el sentimiento de culpa.

2- Asuma la responsabilidad que le corresponde pero no más de eso.

3- Practique el auto perdón, usted puede cambiar la opinión de ese “juez severo” usted tiene la llave para abrir su celda.

4- Si hay algún daño que reparar hágalo, si necesita pedir perdón pídalo.

5- En ocasiones se requiere buscar ayuda profesional, si no ha podido controlar esa emoción después de mucho tiempo, busque ayuda profesional.

Así como la culpabilidad se instala en nuestro cerebro, también se puede desinstalar para vivir en paz, no siga cargando ese sentimiento tan dañino, no tiene que hacerlo, usted puede ser libre.

MSc. Rodrigo Godínez J.

Psicólogo