Porque nos cuesta tanto perdonar

Nunca he escuchado a nadie decir que le resulta sencillo perdonar, porque en realidad no lo es. Hay personas que han tenido que sufrir cosas tan terribles en la vida, que resulta difícil decirles que el perdón es la única forma de sanar su corazón, sin embargo, por más complejo que parezca, no hay otra forma.

Perdonar es la única medicina para la sanidad del corazón herido. No son pocas las personas que caminan por la vida cargando un profundo dolor a causa de las grandes heridas que alguien les causó y sin percatarse, lo van repartiendo por dondequiera que van. Ese dolor nos les permite ser felices, ni desarrollar relaciones sanas, y de forma inconsciente, los tiene anclados a un pasado que aborrecen.

Nos cuesta perdonar porque en primer lugar no es fácil, porque duele mucho y las personas buscan evitar el dolor a toda costa. Es doloroso porque requiere enfrentar ese momento traumático, racionalizarlo, y dejarlo ir.

En segundo lugar, nos cuesta perdonar porque muchas personas tienen una creencia equivocada de lo que es el perdón.

Perdonar no es validar lo que estuvo mal, no es hacer como si nada sucedió, no implica tener que restituir una relación, o acercarse de nuevo a la persona que nos lastimó.

El perdón no es un sentimiento, usualmente nadie quiere perdonar, por el contrario, el deseo de venganza es lo que predomina, como algunos dicen “que lo perdone Dios, porque por mí, que se pudra en el infierno”. Perdonar es una decisión que debemos tomar consiente y voluntariamente por amor a nosotros mismos, porque el perdón no algo que se hace en favor de otro, sino de nosotros.

En tercer lugar, nos cuesta perdonar porque somos orgullosos, porque no queremos dar el brazo a torcer, porque seguimos pensando que esa persona que nos hirió tanto no merece nuestro perdón, pero no perdonamos porque otro merezca ser perdonado, sino porque somos nosotros los que merecemos vivir en paz, y no podemos tener paz en el corazón si no decidimos perdonar.

El perdón es el primer paso para el proceso de la sanidad del corazón, no es justo, es desagradable, duele mucho, pero no hay otra forma. Si decidimos perdonar, ese dolor irá disminuyendo poco a poco, y con el tiempo solo quedaran cicatrices, que son los recuerdos de las experiencias pasadas, pero esos recuerdos ya no tendrán poder, porque el perdón les quita el poder de dañarnos y les quita el dolor que nos producía.

En mi experiencia he observado que es muy difícil perdonar con nuestra propia fuerza de voluntad, necesitamos la ayuda de Dios, y en muchas ocasiones necesitamos la ayuda de otro, sea un líder religioso, un psicólogo, o alguien de su confianza, porque a veces no sabemos cómo hacerlo. Si necesita, busque ayuda, perdone, libérese, y viva en paz.

Por.

M.Of Rodrigo Godínez J.

Psicólogo